El proyecto de 270 metros cuadrados, originalmente pensado para venta, destaca por sus detalles artesanales y su conexión con la región de Querétaro. Su fachada principal está cubierta por una celosía de barro sostenida por una estructura de acero, creando en el interior un juego de luces y sombras en constante cambio.
La arquitectura de esta casa es una demostración de simplicidad y claridad, con un acceso lateral peculiar que nos invita a explorar su diseño interior y descubrir sus características. La iluminación natural cambia a lo largo del día gracias a la celosía de barro.
Los pisos de las terrazas en el patio trasero y en el rooftop están hechos de barro, un material que rinde homenaje a la tradición. La vegetación autóctona de Querétaro reduce el consumo de agua y conecta la casa con su entorno.
Esta casa está diseñada para adaptarse a las necesidades cambiantes de sus habitantes. En la planta baja, hay espacios flexibles que pueden convertirse en cuartos adicionales o en áreas multifuncionales. En la tercera planta, un estudio luminoso ofrece un espacio inspirador que podría convertirse en otro dormitorio según las necesidades.