El cliente quería una casa de fin de semana cerca de Guadalajara, en Ajijic, Jalisco, junto al Lago de Chapala. Con tres hijos jóvenes, buscaban una escapada única. Se creó un diseño abierto con dos módulos: habitaciones separadas para los hijos y una suite principal conectados por una terraza con alberca rodeada de jardines regionales exuberantes.
El interiorismo incluye arte mexicano, con una paleta neutra que se anima con accesorios festivos. El mobiliario interior es neutro y suave, con detalles en rojo, barro y cerámica. Lámparas textiles, maderas naturales y raíces de agave añaden encanto. Las habitaciones son cómodas, con camas amplias y luces de bienvenida en las cabeceras.
El mobiliario exterior es sólido, con líneas geométricas en un deck de Cumarú natural. Los materiales incluyen ladrillo de barro, principalmente blanco, y piedras naturales como mármol travertino y laja regional. En conjunto, la casa ofrece una escapada cómoda y auténtica, fusionando estilo mexicano y naturaleza.